REFLEXIÓN DEL EVANGELIO – DOMINGO 30º TIEMPO ORDINARIO – CICLO A

PASIÓN POR DIOS Y COMPASIÓN POR EL SER HUMANO

Cuando olvidan lo esencial, fácilmente se adentran las religiones por caminos de
mediocridad piadosa o de casuística moral, que no solo incapacitan para una
relación sana con Dios, sino que pueden dañar gravemente a las personas. Ninguna
religión escapa a este riesgo.
La escena que se narra en los evangelios tiene como trasfondo una atmósfera
religiosa en que sacerdotes y maestros de la ley clasifican cientos de mandatos de
la Ley divina en «fáciles» y «difíciles», «graves» y «leves», «pequeños» y «grandes».
Casi imposible moverse con un corazón sano en esta red.
La pregunta que plantean a Jesús busca recuperar lo esencial, descubrir el
«espíritu perdido»: ¿Cuál es el mandato principal?, ¿Qué es lo esencial?, ¿Dónde está
el núcleo de todo? La respuesta de Jesús, como la de Hillel y otros maestros judíos,
recoge la fe básica de Israel: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con
toda tu alma, con todo tu ser». «Amarás a tu prójimo como a ti mismo».
Que nadie piense que, al hablar del amor a Dios, se está hablando de emociones o
sentimientos hacia un Ser imaginario, ni de invitaciones a rezos y devociones.
«Amar a Dios con todo el corazón» es reconocer humildemente el Misterio último
de la vida; orientar confiadamente la existencia de acuerdo con su voluntad: amar a
Dios como Padre, que es bueno y nos quiere bien.
Todo esto marca decisivamente la vida, pues significa alabar la existencia desde su
raíz; tomar parte en la vida con gratitud; optar siempre por lo bueno y lo bello;
vivir con corazón de carne y no de piedra; resistirnos a todo lo que traiciona la
voluntad de Dios negando la vida y la dignidad de sus hijos e hijas.
Por eso el amor a Dios es inseparable del amor a los hermanos. Así lo recuerda
Jesús: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». No es posible el amor real a Dios sin
escuchar el sufrimiento de sus hijos e hijas. ¿Qué religión sería aquella en la que el
hambre de los desnutridos o el exceso de los satisfechos no planteara pregunta ni
inquietud alguna a los creyentes? No están descaminados quienes resumen la
religión de Jesús como «pasión por Dios y compasión por la humanidad».

José Antonio Pagola
Publicado en www.gruposdejesus.com

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