REFLEXIÓN DEL EVANGELIO – DOMINGO 25º TIEMPO ORDINARIO – CICLO A

BONDAD ESCANDALOSA DE DIOS

Probablemente era otoño y en los pueblos de Galilea se vivía intensamente la
vendimia. Jesús veía en las plazas a quienes no tenían tierras propias, esperando a
ser contratados para ganarse el sustento del día. ¿Cómo ayudar a esta pobre gente
a intuir la bondad misteriosa de Dios hacia todos?
Jesús les contó una parábola sorprendente. Les habló de un señor que contrató a
todos los jornaleros que pudo. Él mismo fue a la plaza del pueblo una y otra vez, a
horas diferentes. Al final de la jornada, aunque el trabajo había sido absolutamente
desigual, a todos les dio un denario: lo que su familia necesitaba para vivir.
El primer grupo protesta. No se quejan de recibir más o menos dinero. Lo que les
ofende es que el señor «ha tratado a los últimos igual que a nosotros». La respuesta
del señor al que hace de portavoz es admirable: «¿Vas a tener tú envidia porque yo
soy bueno?».
La parábola es tan revolucionaria que seguramente después de veinte siglos no nos
atrevemos todavía a tomarla en serio. ¿Será verdad que Dios es bueno incluso con
aquellos que apenas pueden presentarse ante él con méritos y obras? ¿Será verdad
que en su corazón de Padre no hay privilegios basados en el trabajo más o menos
meritorio de quienes han trabajado en su viña?
Todos nuestros esquemas se tambalean cuando hace su aparición el amor libre e
insondable de Dios. Por eso nos resulta escandaloso que Jesús parezca olvidarse de
los «piadosos», cargados de méritos, y se acerque precisamente a los que no tienen
derecho a recompensa alguna por parte de Dios: pecadores que no observan la
Alianza o prostitutas que no tienen acceso al templo.
Nosotros nos encerramos a veces en nuestros cálculos, sin dejarle a Dios ser bueno
con todos. No toleramos su bondad infinita hacia todos: hay personas que no se lo
merecen. Nos parece que Dios tendría que dar a cada uno su merecido, y solo su
merecido. Menos mal que Dios no es como nosotros. Desde su corazón de Padre, él
sabe regalar también su amor salvador a esas personas a las que nosotros no
sabemos amar.

José Antonio Pagola
Publicado en www.gruposdejesus.com

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