REFLEXIÓN DEL EVANGELIO – DOMINGO 11º TIEMPO ORDINARIO – CICLO A –

INTRODUCIR VIDA EN LA SOCIEDAD ACTUAL

El reino de Dios no es solo una salvación que comienza después de la muerte. Es
una irrupción de gracia y de vida ya en nuestra existencia actual. Más aún. El signo
más claro de que el reino está cerca es precisamente esta corriente de vida que
comienza a abrirse paso en la tierra. «Id y proclamad que el reino de los cielos está
cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios».
Hoy más que nunca deberíamos escuchar los creyentes la invitación de Jesús a
poner nueva vida en la sociedad.
Se está abriendo un abismo inquietante entre el progreso técnico y nuestro
desarrollo espiritual. Se diría que el hombre no tiene fuerza espiritual para animar
y dar sentido a su incesante progreso. Los resultados son palpables. A bastantes se
les ve empobrecidos por su dinero y por las cosas que creen poseer. El cansancio
de la vida y el aburrimiento se apoderan de muchos. La «contaminación interior»
está ensuciando lo mejor de no pocas personas. Hay hombres y mujeres que viven
perdidos, sin poder encontrar un sentido a su vida. Hay personas que viven
corriendo, sumergidas en una nerviosa e intensa actividad, vaciándose por dentro,
sin saber exactamente lo que quieren.
¿No estamos de nuevo ante hombres y mujeres «enfermos» que necesitan ser
curados, «muertos» que necesitan resurrección, «poseídos» que esperan ser
liberados de tantos demonios que les impiden vivir como seres humanos? Hay
personas que, en el fondo, quieren volver a vivir. Quieren curarse y resucitar.
Volver a reír y disfrutar de la vida, enfrentarse a cada día con alegría.
Y solo hay un camino: aprender a amar. Y aprender de nuevo cosas que exige el
amor y que no están muy de moda: sencillez, acogida, amistad, solidaridad,
atención gratuita al otro, fidelidad… Entre nosotros sigue faltando amor. Alguien lo
tiene que despertar. A los hombres de hoy no los va a salvar ni el confort ni la
electrónica, sino el amor. Si en nosotros hay capacidad de amar, la tenemos que
contagiar. Se nos ha dado gratis y gratis lo tenemos que regalar de muchas
maneras a quienes encontremos en nuestro camino.

José Antonio Pagola
Publicado en www.gruposdejesus.com

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