“Ahí tienes a tu madre”

Bendición de la imagen de Santa María, Madre de la Iglesia

Ahora podemos hacer nuestra esta frase de Jesús en la cruz “hijo, hija, ahí tienes a tu madre”. No es que antes no la tuviéramos, desde luego. María siempre ha estado presenta en la vida y la historia de nuestra parroquia de la Cruz del Señor. Pero ahora, ya tenemos un signo concreto que nos recuerda la protección de María sobre las piedras vivas de la Iglesia de su Hijo. 

El pasado martes 3 de mayo de 2022, celebrando el Día de la Cruz, fiesta de nuestra parroquia, tuvo lugar el acto de bendición de la nueva imagen de Santa María Madre de la Iglesia, imagen que de ahora en adelante presidirá nuestro templo parroquial. Juntos como Pueblo de Dios en salida, con nuestro obispo, pastores y laicos, compartimos un día histórico por el que damos gracias a Dios.

Creo que podemos destacar dos cosas de esta imagen. Por un lado, su belleza. La belleza es uno de los atributos de Dios, del cual decimos que es la suma bondad, belleza y verdad. Por la Encarnación de Cristo podemos ver esta belleza de Dios haciéndose presente en el mundo a través de la creatividad de los hombres, en este caso, del escultor orotavense D. Pablo Torres. Disfrutemos y dejémonos sorprender al contemplar esta imagen.

Por otro lado, su catequesis. La belleza del arte nos remite a las realidades del cielo. Tenemos una madre que intercede por nosotros ante su Hijo. Ella es la “señal que apareció en el cielo”, “la mujer vestida de sol con la luna por pedestal”, que aplasta la serpiente del antiguo pecado, que desde lo alto se inclina para escuchar nuestra oración, y nos sostiene en sus brazos junto con su Hijo, el Salvador. Esta advocación tan cercana a nosotros es “María, madre de la Iglesia”. Como nos dijo nuestro obispo, D. Bernardo, un título reciente que se le otorgó en el documento “Lumen gentium” tras el Concilio Vaticano II. Una advocación sugerente y moderna, para los tiempos de hoy. 

Por último, vivimos un ambiente generalizado de gozo y fiesta durante la celebración, que se manifestó en el ágape posterior donde pudimos compartir como hermanos y seguir estrechando nuestros lazos de unión. Sin duda, la palabra que lo resume todo es GRACIAS, especialmente a quienes han colaborado para que, después de la espera, hayamos podido celebrar de esta manera a nuestra Madre del Cielo. Todo sea para mayor gloria de Dios y devoción a la Virgen. Termino con el estribillo del himno compuesto para la ocasión “Oh Santa María, madre de Dios, madre de la Iglesia y madre nuestra, en la Cruz del Señor. Servidora fiel y siempre atenta a nuestra oración”.

Manuel Mora Daria

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